Análisis de ADN revela la verdad detrás del "alienígena de Atacama"

  • Por Oliver Rodríguez

Fue en 2003 cuando Óscar Muñoz encontró, en pleno desierto de Atacama, un pequeño esqueleto de lo que parecía ser un alienígena, dando paso a cientos de especulaciones respecto a su proveniencia o, incluso, si este era real o no. 

Algunas versiones, como la del ufólogo español Ramón Navia-Osorio, apuntaban realmente a que se trataba de una criatura extraterreste. Es por eso que compró los restos y se los llevó hasta Barcelona, en donde fue una de las máximas atracciones de la Ufology World Congress.

Lo anterior, pese a que en 2013, según consigna El País, un informe preliminar de pruebas de ADN ya adelantaba que Ata, como fue bautizado, era en realidad una criatura humana. 

"El espécimen es 100% humano", señala el investigador de genética de poblaciones y médica de la Universidad de Stanford (EE UU), Carlos Bustamante, quien además participó de las pruebas practicadas al esqueleto. "Era una bebita y lo más probable es que muriera al nacer", agregó.

No obstante, lo que mantenía el manto de dudas sobre Ata era, precisamente, la forma de su esqueleto, asemejable al de un niño de  mayor edad. "Su crecimiento óseo era el de un niño de varios años, lo que nos dice mucho sobre las mutaciones que portaba", señala el científico. 

Tras el informe definitivo de su ADN, los investigadores lograron establecer que se trata de un cuerpo humano de género femenino que llevaba mutaciones en al menos 7 genes que producen malformaciones o, incluso, la aceleración del desarrollo del cuerpo. 

Respecto a su origen, la publicación señala que "era una niña mestiza, con parte europea y parte nativa (...) Cuando comparamos su genoma con de poblaciones de todo el mundo vimos que se agrupaba con las poblaciones latinoamericanas, en particular las sudamericanas y, dentro de estas a las poblaciones andinas", agregan.