A un mes del ''profético'' 21 de diciembre de 2012
Sólo faltan exactamente 30 días para que llegue el 21 de diciembre de 2012. Día que es indicado por algunos profetas como la jornada en la que el mundo y la humanidad sufrirán grandes y trascendentales cambios. Más aún, algunas teorías han ido más lejos y se habla -literalmente- del fin del mundo.
En este sentido, recordamos las predicciones realizadas en los primeros meses de este año.
Las profecías del pueblo Maya han tomado fuerza y cada día tienen más adherentes. Es una tesis que -por sus fundamentos- pegó fuerte en el subconsciente colectivo de la gente y, por supuesto, en la web.
El odio y materialismo que están dominando al mundo en los últimos años, terminaría el próximo sábado 21 de diciembre y, asimismo -plantean- sería el final de los tiempos de terror. ¿La razón? La necesidad de tomar una decisión radical que podría hacernos o no desaparecer como especie. Pues, en otras palabras, ese día nos enfrentaríamos al fin del mundo. Todos desapereceríamos. La humanidad sería borrada de la faz de la Tierra. ¿La solución? Optar por la integración.
Junto con ello, predicen que una ola de calor aumentaría las temperaturas del planeta, donde los cambios climáticos, geológicos y también sociales tendrían una magnitud inimaginable. Los mayas explican que esto se debería, entre otros aspectos, a la poca conciencia del ser humano en su tratamiento con el medio ambiente.
Tales dichos coinciden con las predicciones de Kaoru Nakamaru, la Princesa Japonesa que dio a conocer a través de una conferencia sus experiencias en base a su visión privilegiada. Según confiesa, tuvo una oportunidad espiritual donde logró abrir su Tercer Ojo y se comunicó con seres extraterrestres.
De dicha vivencia, dedujo que habría tres días y tres noches antes del 22 de diciembre de 2012, en que no podremos hacer uso de la electricidad y donde la Tierra evolucionará hacia la quinta dimensión.
Pero, pese a las predicciones, la Princesa afirma que existe una posibilidad de sobrevivir a este fenómeno, y que para ello es necesario “purificar nuestra condición espiritual a través de la conciencia”. Para hacerlo en el plano físico, la Princesa recomienda -entre otras cosas- no beber jugos o cervezas de lata, ya que el aluminio es muy dañino para el cuerpo.
Además de estas predicciones, existen otras versiones que circulan sobre lo que ocurrirá el 21 de diciembre. Situación que ha causado gran expectación y polémica a la vez, puesto que no es la primera vez que se predice el fin del mundo.
Hay que decir también, que escritores más actuales plantean que los cambios predichos para este año y en especial para ese día -21 de diciembre- no tendrían que ver con el fin del mundo ni de la humanidad. Más bien, se trataría de una oportunidad única de producir un cambio energético, de una vuelta del hombre hacia lo esencial, hacia lo espiritual y a las cosas que tienen que ver con el regocijo del alma, puesto que todas las condiciones estarían dadas y las señales no podrían ser más claras.
Todo esto debería llevarnos, finalmente, a un plano energético mayor y provocar en el hombre un cambio hacia una evolución espiritual. Ello, significaría -por ende- un nuevo comienzo, una nueva era para la humanidad, la que debería traer tiempos mejores.