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Científicos resuelven misterio de objeto que estuvo "muy cerca" de la Tierra y volverá en 2021

  • Por Meganoticias

Este martes 1 de diciembre, un asteroide denominado como 2020 SO pasó "muy cerca" de la Tierra, al menos en lo que a medidas astronómicas se refiere, aproximándose a unos 50.000 kilómetros de distancia.

Se espera que este objeto espacial vuelva a acercarse a nuestro planeta el 2 de febrero del próximo año, aunque a una distancia mayor de 220.000 kilómetros, antes de que sea liberado de la atracción que la masa de la Tierra ejerce sobre él y continúe con una nueva órbita alrededor del Sol desde marzo.

¿Un objeto artificial?

Pero más allá de las aproximaciones con el planeta, la presencia de este cuerpo, de entre 6 y 14 metros de largo, ha generado misterio y especulaciones entre los astrónomos, quienes desde hace meses sospechaban que 2020 SO no sería un asteroide precisamente, sino que se trataría de un objeto artificial creado por el hombre.

Finalmente, gracias al acercamiento del 1 de diciembre, los científicos pudieron confirmar esta teoría y llegaron a la conclusión que el cuerpo es un cohete propulsor de una misión de la NASA de los años 60, según informa la agencia espacial estadounidense.

Un cohete de la NASA

Debido a las dudas que dejaban su atípica órbita y su velocidad mucho más lenta de lo normal, los expertos examinaron los datos obtenidos por el telescopio infrarrojo IRTF en Hawái y del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), confirmando que el asteroide en realidad es el cohete propulsor de la etapa superior Centaur de la fallida misión Surveyor 2 de 1966.

Esa nave fue lanzada desde la Tierra en septiembre de 1966, teniendo como objetivo reconocer la superficie lunar antes de las misiones Apolo. Sin embargo, uno de los propulsores no encendió y la nave terminó estrellada contra el satélite natural, mientras que el cohete se perdió en una trayectoria desconocida alrededor del Sol.

Misterio resuelto

“Debido a la extrema debilidad de este objeto siguiendo la predicción de CNEOS, fue un objeto difícil de caracterizar. Obtuvimos observaciones de color con el Gran Telescopio Binocular o LBT que sugirieron que 2020 SO no era un asteroide”, explicó Vishnu Reddy, científico del Planetario de la Universidad de Arizona.

Así, luego de varias observaciones y del afortunado hallazgo de otro cohete propulsor Centaur, lanzado en 1971, de un satélite de comunicaciones que se mantiene en órbita, se pudo hacer una comparación de espectros entre ambos que fue coincidente.

“Esta conclusión fue el resultado de un tremendo esfuerzo de equipo. Finalmente pudimos resolver este misterio”, cerró Reddy.  

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