¿Por qué enero nos pareció tan largo? La ciencia tiene la respuesta
"Enero se me ha hecho eterno", fue una de las frases más repetidas en redes sociales y también en nuestros lugares de trabajo. Es un sentir general el hecho de que este primer mes del año pareció interminable, pese a que contó con 31 días al igual que otros meses como octubre, diciembre o marzo.
Pero este sentimiento, que pareciera ser una simple percepción del paso del tiempo, tiene una razón científica y los expertos han logrado establecer por qué enero nos pareció tan largo.
La respuesta estaría en la dopamina, una sustancia neurotransmisora relacionada con el amor, la felicidad y el placer que cuando se libera en el organismo provoca bienestar y relajación.
El llamado "reloj de dopamina" influye en nuestra percepción del paso del tiempo. Cuando hay mayores niveles de esta hormona en el cuerpo, se acelera su reloj interno pareciendo que el tiempo pasa más rápido. Esto lo notamos cuando estamos en una situación de relajo o felicidad, en que sentimos que el tiempo se nos fue demasiado rápido.
Por el contrario, cuando baja la dopamina el tiempo parece ralentizarse y situaciones cotidianas como el trabajo o la rutina nos parecen más largas que de costumbre.
¿Por qué enero pareció tan largo?
Más allá de los 31 días de enero, de acuerdo a un estudio de la revista Newstate America, que cita otros estudios científicos, durante este período la dopamina baja en comparación al mes anterior.
En diciembre, las fiestas de fin de año y los feriados que tiene este mes, provocan altos niveles de dopamina en las personas, por lo que nuestra percepción es que el tiempo avanza más rápido.
En comparación, después del año nuevo, desde el 1 de enero empieza nuevamente la rutina para quienes trabajan por lo que el nivel de dopamina se reduce en el organismo. De esta forma las 31 jornadas sin festivos de este mes crean esta percepción de ser un período mucho más largo.
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