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Mauricio Morales y su análisis de los resultados de la última encuesta Cadem: "Se te apareció Rodolfo Carter"

¿Qué pasó?

El académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, analizó los resultados de la última encuesta Cadem y apuntó a un nombre propio que gana adherentes y complica al Gobierno: Rodolfo Carter, el alcalde de La Florida.

El análisis de Morales

Es el personaje político del momento. Qué duda cabe. El alcalde Rodolfo Carter se ha convertido en el rostro visible de la lucha contra el narcotráfico. Si bien el derribo de las denominadas “casas narco” no reduce en un solo gramo el tráfico de drogas, es una medida que, según la última encuesta Cadem, recibe el respaldo del 82%.

Además, en menos de 24 horas, Carter se echó al bolsillo al Ministerio Público, al Fiscal Nacional, a la ministra del Interior y hasta al Presidente de la República. Nadie saldrá a criticarlo. Nadie saldrá a cuestionar sus actos. Nadie está en condiciones de desafiarlo públicamente. El que lo haga quedará, a juicio de la opinión pública, como un encubridor del narcotráfico. No es una exageración. Es una realidad.

¿Qué pasaría si el Presidente Boric con el 30% de aprobación sale al paso de Carter? Sería la receta perfecta para un suicidio político. A pesar de que el fallo del Tribunal Constitucional declaró como legales los indultos a 13 condenados por la justicia, el 71% está en desacuerdo con la medida. Entonces, el Presidente está en un serio problema. La ciudadanía percibe que sus decisiones van a contrapelo de una demanda por mayor seguridad pública, y si quiere entrar de lleno en la pelea contra el narco, deberá asociarse con Carter.

¿Quién gana? La respuesta es obvia: el alcalde de La Florida. En este escenario, entonces, lo más recomendable es que el gobierno no busque la confrontación pública con Carter, sino que muestre resultados más efectivos en la lucha contra el narcotráfico. Ya basta de mesas de seguridad y de declaraciones pomposas que insisten en el apoyo político a Carabineros. La ciudadanía demanda respuestas. De lo contrario, Carter seguirá tocándole la oreja al gobierno para provocar una respuesta impropia del Presidente.

El gobierno, por otra parte, no tiene de dónde afirmarse, pues hasta el proceso constitucional genera rechazo en los votantes. Solo el 11% está interesado en la elección de consejeros constitucionales y, aunque aún no tenemos texto, el 44% -versus el 34%- votaría “en contra” de la propuesta. Pasado en limpio, no hay ninguna garantía de que el Presidente Boric firme la nueva Constitución, al menos hasta ahora.

Es cierto que el proceso constitucional es mucho más ordenado, serio, estructurado e institucionalizado respecto al anterior, pero la vara de comparación es bajísima. La torpeza y fanatismo de la Convención Constitucional aún persiguen al gobierno. Y para rematar, aparece un alcalde que le arrebata la agenda de seguridad con una facilidad impresionante. Mientras el gobierno ruega a la oposición volver a la mesa de seguridad, Carter ya está derribando las “casas narco”. El gobierno se muestra lento, y Carter abusa de su agilidad comunicacional.

Sin embargo, Carter debe ser cuidadoso. Está en su último período como alcalde y todo parece indicar que desató muy tempranamente la carrera presidencial. No sabemos si estos golpes efectistas a nivel público se traducirán en una popularidad estable y movilizadora frente a una eventual primaria en julio de 2025, o directamente para la primera vuelta presidencial de ese año. Es un trayecto largo, y en algún minuto se reducirá el impacto público del derribo de las “casas narco”. En ese mismo instante, Carter deberá diseñar una nueva estrategia y soportar, como siempre sucede en estos casos, los apelativos de “demagogo” o “populista” que con toda seguridad emitirán los columnistas de la plaza.

Carter ya avisó. Está disponible para la carrera presidencial. Enfrentarlo no será fácil, y si los partidos de gobierno quieren derrotarlo, deberán extremar esfuerzos, lo que equivale a mostrar resultados. Por cada descalificación o crítica, Carter crecerá un punto en las encuestas de opinión. ¿Se encuentra en una situación frágil? Sí. ¿Se puede agotar fácilmente? También. Pero nadie podrá decir que Carter no notificó de sus intenciones a los partidos de gobierno y, por cierto, a los partidos de derecha. Ya dio el primer golpe, y el que pega primero, pega dos veces.

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