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Padre tuvo coronavirus, contagió a su familia y su hija de 28 años murió por la enfermedad

  • Por Meganoticias

Según el último reporte sobre el estado del coronavirus en Chile, el país ya suma 23.796 fallecidos por la enfermedad, cifra que muchas veces no tiene cara, pero que ciertamente reflejan una historia de sufrimiento en muchas familias.

Uno de estos casos fue el de María Soledad Tejeda, joven de 28 años que falleció luego de que su padre se contagiara de Covid-19 en su trabajo. La joven dejó a un pequeño hijo de 8 años y el dolor en toda su familia.

Fue en mayo del año pasado cuando Sergio, el padre de María Soledad, se enteró que un compañero de trabajo se contagió de la enfermedad. Él también estaba contagiado, y tras los exámenes correspondientes toda su familia se vio afectada por el coronavirus.

El dolor de una familia

Desde el 25 mayo la familia de la joven solicitó una ambulancia para trasladar a María Soledad al Hospital Sótero del Río, pero debido al colapso y la poca disponibilidad fue recién el 1 de junio cuando pudo ser trasladada al centro de salud.

Pérdida del gusto, del olfato y fuertes dolores musculares fueron los síntomas que manifestó la joven que padecía lupus desde su adolescencia. Debido a su gravedad tuvo que ser trasladada hasta el Hospital de la Fundación Arturo López Pérez, lugar en donde permaneció en coma por dos semanas.

Tras el coma, la familia pudo tener una llamada con la joven y las esperanzas resurgieron, pero lamentablemente el 19 de junio María Soledad falleció por un tromboembolismo pulmonar a causa del Covid-19.

"Cuando te avisan que tu hijo murió, porque así es, tu hijo murió y morir es desaparecer. Entonces, a ti el mundo se te viene. No sientes tu cuerpo, no sientes tu cabeza, no piensas, piensas una cosa y tu cuerpo hace otra", explica Ester, la madre de la joven al recordar el duro momento de enterarse de la muerte de su hija.

"Sientes que te sacaron la médula, que es lo que tienes más adentro, que tu mundo desaparece en un segundo. En mi caso estaba gritando como una loca y pensaba en cómo decirles a mis hijos, cuando mis hijos al primer grito ya se habían enterado de que todo era malo", agrega Ester.

Para Sergio la culpa por la muerte de su hija fue algo que de a poco está aprendiendo a asimilar. "Estuve en el psiquiatra como seis meses. Él me empezó a sacar la culpa de a poco. Yo me sentía mucho peor, pero igual de repente me acuerdo... y digo: '¿Por qué?'", cuenta el padre de la joven que estudiaba Ingeniería en Relaciones Públicas.

Llamado a cuidarse

Ante el aumento de los contagios en las personas jóvenes, la familia de María Soledad hace un llamado para que los jóvenes tomen conciencia de la enfermedad y que eviten el dolor que pueden dejar en sus familias.

"Me genera mucha rabia, porque digo: 'Pucha, mi hija se cuidó todos los segundos que pudo de su vida y no está, y ellos no se están cuidando'", dice afligida Ester. "Si les pasa algo a ellos, no saben el dolor que le van a dejar a sus familias", agrega Sergio.

Tras el dolor, la motivación que encuentra esta familia para seguir viviendo y luchando es su nieto, ya que como le hubiera gustado a su madre, esperan poder criar a un niño de bien y que pueda en un futuro convertirse en profesional.

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