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COP 25: "Estamos viviendo condiciones climáticas inéditas en la historia humana"

  • Por Paola Brovelli desde Costa Rica

San José de Costa Rica es por estos días la capital de moda del cambio climático". Por primera vez el Pre COP, encuentro previo a la cumbre que se realizará en diciembre en Santiago, se desarrolla en un país diferente al anfitrión. Y probablemente por eso mismo, es que cobra más sentido atender el diagnóstico que hacen sus autoridades locales y los representantes para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.

El director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Cepal, Joseluis Samaniego, en parte lo advierte: “Estamos viviendo condiciones climáticas inéditas en la historia humana”.

En San José de Costa Rica, la Cepal ofrece un taller para periodistas de la región. La idea es entender el crudo diagnóstico que trae el cambio climático, a la vez de preparar el camino para los objetivos que tiene Cop 25, que no son pocos.

Durante su presentación en este encuentro al que asiste Mega, el doctor Samaniego explica las proyecciones sobre los efectos que tendrá el aumento de la temperatura en el planeta: "La perspectiva de temperaturas que vamos a experimentar en 2050, es similar a las que vivió la región hace 65 millones de años”.



Es decir, nos enfrentamos a una situación nunca antes vista en la historia reciente de la humanidad. Si dejamos todo tal como está, el nivel del mar, podría aumentar 25 metros más. Y si consideramos que por el calentamiento dejarán de formarse hielos, el nivel de los océanos crecería a 70 metros.

Lo que Joseluis Samaniego explica de esta forma: "Estamos en la ruta de la construcción de una emergencia climática".

Un gran impulso

Pese a la crudeza del diagnóstico, los expertos afirman que la región tiene opciones de detener los efectos del cambio climático. Lo bueno: usamos menos carbón y petróleo que otros lugares del mundo. Lo malo: somos líderes en deforestación y aún consumimos muchas energías fósiles.

El diagnóstico del especialista de la Cepal, se afirma en los sectores que más consumen energía: primero está el transporte, seguido por procesos industriales y la generación de la electricidad.

Joseluis Samaniego afirma que estamos en un punto de inflexión. Es el momento de cambiar algunos modelos para evitar el avance de la desertificaciòn y el aumento de la temperatura. Y para eso, asegura que se necesita “un gran impulso”, una acción coordinada de estados, ciudadanos y privados.

Para ejemplificarlo relata ocurrido en en Estados Unidos en la época de la post guerra. Por entonces, se promovió el modelo de estilo americano: los ciudadanos podían aspirar a tener una casa en los suburbios, totalmente equipada, un automóvil y una línea de crédito que les permitiera seguir consumiendo. El sistema de trabajo se diseñó para ese fin, alimentando un modelo que se ha mantenido por años.

Este ejemplo de “gran impulso” en el sistema social y económico de Estados Unidos, podría ser aplicado en el actual escenario regional: actuar con convicción de manera coordinada para cambiar nuestro consumo energético. Un trabajo que debería ser abordado por todos los países de la región. Y coordinado más allá de los gobiernos de turno y las promesas de campaña.

El Modelo

En este caso, el gran impulso pasaría por cambiar de matriz energética. Mejorar la participación de las energías renovables, pero por sobre todo, cambiar la norma con la que se rige la generación y transformación de energía.

En el caso de las energías renovables, en Chile los esfuerzos están: en Santiago transita la flota más grande de buses eléctricos chinos fuera de China; hay inversión en energía solar y eólica y se buscan soluciones para desalinizar agua de mar.

La pregunta de Joseluis Samaniego es por qué no coordinamos esfuerzos a nivel regional. Si Chile comprara autobuses eléctricos a Brasil, habría un impulso más. O si existiera la posibilidad que la producción chilena pudiera fabricar paneles solares, también. Son ejemplos que apuntan a buscar el delicado equilibrio entre ser sustentables y crecer.

Para los gobiernos, los ciudadanos y la industria, el objetivo es seguir en desarrollo, pero sin causar más daño. Y claramente eso tiene algunos costos, pero también varias oportunidades.
Lo que ocurra en diciembre próximo en Cop 25 será clave para definir de qué manera y a qué costo seguiremos creciendo.