China libera a disidente Hu Jia después de pasar tres años en prisión
Las autoridades chinas decidieron poner en libertad al disidente Hu Jia, que pasó más de tres años en prisión acusado de subversión, informó su esposa en las redes sociales.
Hu, de 37 años, fue un destacado defensor de los derechos humanos y en especial se implicó en la defensa de las personas que tienen sida. Fue condenado a prisión en 2008 por "incitar la subversión contra el poder del Estado".
"Hu Jia regresó a las 2:30 de la madrugada. Sano, muy feliz. Necesita tiempo para recuperarse. Gracias a todos", escribió Zeng Jinyan en su cuenta de Twitter.
La defensa que Hu de los derechos de la gente portadora del VIH en China tuvo eco internacional especialmente tras recibir el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia en 2008 que otorga el Parlamento Europeo.
Su liberación sucede después de que el miércoles quedara en libertad el artista y disidente Ai Weiwei, que pasó 80 días en prisión y coincidiendo con la visita a Europa del primer ministro chino, Wen Jiabao, que tras visitar Hungría, acude a Reino Unido y Alemania.
Hu y su esposa pasaron gran parte de los dos años previos a la detención del disidente en diciembre de 2007 bajo una suerte de arresto domiciliario.
Zeng luchó en vano desde 2008 para que a Hu se le garantizara la atención médica, pues padece una cirrosis crónica causada por la Hepatitis B, que empeoró durante su estancia en prisión.
En febrero pasado, Zeng visitó a su esposo en prisión y dijo en Twitter: "profundamente preocupada por su actual y futuro estado". Y agregó: "Hu Jia dijo que sabe que le trasladarán a una prisión más grande cuando le liberen de esta pequeña cárcel".
Gran parte de la gente les apoya cree que la pareja verá ahora como se restringe su libertad de movimientos y estará vigilada muy de cerca. En China a los disidentes se les suele acosar y su libertad de movimiento está muy acotada tras salir de prisión.
La esposa del activista y abogado Chen Guangcheng, que es amigo de Hu y su esposa, dijo en una carta abierta publicada recientemente que ella y su marido habían sido golpeados y torturados durante los nueve meses de arresto domiciliario tras la puesta en libertad de Chen en septiembre de 2010.
"En lugar de liberar a los disidentes cuando cumplen con su condena de prisión, las autoridades los pone bajo arresto domiciliario o, lo que es más inquietante, ingenia su desaparición", afirma Reporteros Sin Fronteras en un comunicado emitido esta semana.
"Parece que el gobierno ha decidido que nunca liberará por completo a los prisioneros de conciencia. En lugar de ello, hace todo lo posible para aislarlos de sus familias o del resto de la sociedad, cortándoles todas las vías de comunicación y restringiendo sus movimientos".
DPA