Leyendas y asesinatos: Estos son los misterios escondidos en las primeras minas de Argentina
A casi tres mil metros sobre el nivel del mar, las minas de Mendoza de Paramillos de Uspallata, Argentina, guarda mitos y leyendas sobre cruentos asesinatos que persisten en la memoria popular.
Al lugar se le conoce como las Ruinas de Paramillos, un sitio turístico donde están situados los restos de lo que fue el campamento de la primera explotación minera en Argentina, que se estima fue descubierta en 1638.
Plomo, plata y zinc fueron extraídos de estas instalaciones que están ubicadas a una distancia aproximada de 270 kilómetros de la ciudad de Santiago de Chile.
El asesinato del “Robin Hood” de Mendoza
Uno de los principales atractivos de estas ruinas son las historias de asesinatos que alberga el recinto, conformado por galerías subterráneas y 10 mil túneles que fueron ampliados hasta 1940, cuando se abandonó el lugar y pasó a ser solo el recuerdo de una mina de plata.
El geoparque minero es promovido turísticamente por el portal Minasdeparamillos.com como un espacio para la exploración familiar, lleno de relatos y misterios. De hecho, lo es, puesto que en el inconsciente colectivo se conoce el mito de los crímenes de famosos ladrones de lugar.
Uno de los más reconocidos es el del llamado “Robin Hood” de Mendoza, quien tenía por nombre de pila Gaucho Cubillos. El hombre era para algunos un asaltante y para otros una especie de héroe que reivindicaba al pueblo, detalla el diario La Nación.
El misterio de "El Timoteo"
Las minas fueron el sitio donde la policía acabó con Cubillos. A raíz del crimen, el lugar donde fue abatido el hombre se convirtió en un santuario visitado por cientos de fieles, en el que reposan un crucifijo de metal, flores de plástico y ofrendas.
Pero esta historia no es la única de extraños asesinatos que los mendocinos comparten, pues sobre las ruinas de Paramillos de Uspallata también se cuenta que fue el escenario de la muerte de "El Timoteo", un ladrón que huía de las autoridades y que consiguió refugio trabajando en las minas.
La policía habría dejado en paz al hombre por su buen comportamiento, hasta que se cometió un crimen contra un minero y fue señalado. En su búsqueda, éste se escondió en los túneles que fueron sellados para que no escapara y más nunca se le vio salir.
