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De millonario a mendigo: La insólita historia del "rey del entrentenimiento" de Argentina

  • Por Meganoticias

Max Higgings llegó a Argentina en 2007 procedente de Jamaica presentándose como un empresario de éxito y rápidamente consiguió acceso a celebridades.

Con un discurso muy audaz y talento para el engaño, este hombre prometió un parque idéntico al de Disney para el país y hasta logró tres ediciones del reality "World Football Idol".

En este show logró la participación de Diego Maradona y de Sergio Goicochea como anfitriones, además de invitados de lujo como Gloria Gaynor y Durán Durán.

Se autodenominaba "El rey del entretenimiento", pero la realidad pesó más y poco a poco se fue mostrando tal cual es: Un estafador con diversos problemas mentales.

En la actualidad pide limosna sentado frente a una puerta, sin más propiedades que un maletín donde guarda la comida que le regalan los transeúntes.

Tenía nexos con estafas

Según una nota de Infobae, sospechan que los recursos iniciales de Max Higgins para tales emprendimientos provenían de un tipo de estafa piramidal conocido como "Esquema Ponzi".

Este delito, creado a inicios del siglo XX por el estafador italiano Carlo Ponzi, consiste en pagar a cada inversor intereses que no procedían de ganancias, sino de otros miembros.

La vida de rico, siempre artificial, le duró poco. Su estado de ánimo empezó a fluctuar y su matrimonio se rompió por maltratos, al punto que su propia esposa, Sandra Zapata, dio a conocer su historia.

Higgins vive de la caridad de sus vecinos evocando sus pocos años de gloria. En ocasiones no conversa y en otras asume la postura del predicador hablando de su situación y sus necesidades de dinero para retomar sus negocios.

Por su contacto con figuras como Maradona, insiste en pedirle dinero a Diego para recuperar una suma que, según asegura, tiene embargada.

Su propia expareja ha mostrado algunos documentos que dan cuenta de sus antecedentes con estafas en Inglaterra y Estados Unidos.

Mientras tanto, el hombre entabla una conversación imaginaria con alguien usando un teléfono averiado y por allí suelta que necesita recuperar sus dos billones de dólares para poder relanzar sus proyectos.