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Abuela acude a la justicia para volver a ver a su nieta: Dice que los padres "adoctrinan" a la niña

  • Por Meganoticias

La historia de Elida Torrado, una profesora de música argentina que tiene 71 años de edad, conmueve en las redes sociales, por todo el esfuerzo que ha hecho durante cuatro años para ver a su nieta. Sin embargo, ha sido una lucha que no ha podido sobrellevar y que, cada día que pasa, le rompe aún más el corazón.

Todo comenzó hace cuatro años, cuando la menor tenía 9 años de edad, y sus padres decidieron, de un día para el otro, alejarlas por completo. Elida pasó de cuidar a su nieta a diario, llevarla al colegio, hacerle comida, enseñarle tareas y darle mucho amor, a no verla nunca más.

Un panorama que la ha hecho sufrir y que, para intentar resolverlo, acudió a la justicia argentina. Sin embargo, ha sido muy poco lo que ha logrado hasta ahora.

La política y la familia

Elida cuenta que su yerno y su hija le prohibieron la relación con su nieta y que, al parecer, todo tiene que ver con la política: “Yo les cuestioné que adoctrinaban a la nena metiéndole a Cristina Kirchner en su cabecita cuando tenía 7 añitos”. Una situación que ella denunció pero que no tuvo mucho éxito.

Allí el lazo se rompió entre la familia. Fue entonces cuando el juzgado pactó una mediación, en la que se especificaba visitas por parte de la abuela dos veces a la semana, así que Elida iba hasta Quilmes, donde vive su nieta, para poder verla.

Aunque parecía que todo estaba “saliendo bien”, Elida cuenta que cada vez que llegaba, su hija le decía que la niña no estaba o que estaba muy ocupada para atenderla: "Entonces decidí visitar a mi nieta pero sin entrar, sin verla, pero quería que me escuchara",contó al diario Clarín.

Desde la vereda, Elida le cantaba a su nieta sus canciones preferidas: “El reino del revés, Canción del jacarandá, En el país de nomeacuerdo, todos temas de María Elena Walsh, que siempre le encantó a mi nieta”.

Un protocolo de amor que seguía, "hasta que bajó la pareja de mi hija y de manera violenta e intimidatoria me dijo: 'Te quedás acá pero no cantás, ¿entendiste?'. Entonces decidí no ir más, decidí ponerle fin a la humillación, pero siento un puñal en el pecho por no ver a mi nieta", comentó.

Buscando justicia

Elida no se dio por vencida, decidió mover cielo, mar y tierra para poder ver a su nieta. Llegó a la Justicia, hizo una denuncia en el Juzgado de Familia, pidió ayuda a una agrupación que vela por los derechos de los niños y hasta incursionó en el mundo de las redes sociales, para poder acercarse a su nieta.

"El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos", dice Elida, que a veces pierde toda esperanza. Ella asegura que "fue adoctrinada por su papá y por mi hija... Les lavaron la cabeza. Dijeron que yo era una mala influencia, que la llenaba de religión y hasta que la mal alimentaba. Todo lo que en realidad ellos hacían, pero a mi denuncia en la Justicia ellos respondieron con esa contradenuncia falsa", dijo la abuela.

"Y agregaron que yo sufría problemas psiquiátricos. Hoy soy mala palabra para mi nieta, no quiere saber nada conmigo, pero yo sé que ella actúa por miedo a sus padres, no es lo que verdaderamente siente, no puede ser, no me cabe en la cabeza que la presionen así. Yo a ella la crié, la llevaba al colegio, le hacía la comida, le enseñé a cocinar rico, hemos viajado juntas, hasta que de un día para el otro todo se cortó".

¿Por qué se cortó el vínculo?

Según cuenta Elida, a ella le "empezó a hacer ruido que con 7 u 8 años el padre le dijera a la nena que jugara a crear cooperativas en las que, interpretando a Cristina Kirchner, la nena hacía que le regalaba plata a los pobres. Era muy raro, tanto como cuando empezó a cantar la marcha peronista e iba a las manifestaciones y hasta gritaba por Cristina e insultaba a todos los políticos opositores... Ese cambio fue abrupto, no algo natural. El padre ya metido en la Cámpora le inoculaba todo eso en la cabeza y la madre miraba para otro lado".

La situación incomodó a la abuela, quien se lo hizo saber a su hija y a su yerno, quienes le respondieron: “No te metas, es nuestra hija”.

"Mi yerno, que era un ser sensible y cálido, profesor de música como yo, entró en desesperación económica y se afilió a la Cámpora... A partir de ahí se convirtió en una persona irreconocible y así fue que me prohibió estar a solas con mi nieta... Mi hija, una persona manipuladora y que siempre me usó, siempre tuvo celos de mí, hizo poco y nada para garantizar la relación con mi nieta", recordó Elida al respecto.

¿El amor se acabó?

A pesar de los esfuerzos que ha hecho esta abuela, ella revela que tampoco ha obtenido ninguna respuesta positiva de la menor: “La nena lamentablemente obedece a sus padres, que la llenan de odio”.

Ella recuerda una visita que le impactó mucho: “Cuando pude verla unos minutos, la saludé y su primera reacción, claramente guionada, fue cubrirse la cara con las manos como si estuviera por agredirla... una cosa absurda", dijo lamentando al Clarín.

Durante las cortas visitas, Elida recuerda que la menor "siempre estaba monitoreada, decía tener muchas ocupaciones que le imponían, cosa de que ni siquiera me mirara. Pasó una vez que estaba en la computadora y la fui abrazar y le dije 'Yo te amo, por favor, sabelo'. Y me fui y me prometí no entrar más a esa casa".

"Andate, no te quiero ver". fueron las últimas palabras de su nieta, mismas que le rompieron el corazón en dos.

"Eso pasó hace dos años, nunca más supe nada y a medida que pasa el tiempo, la ausencia, el silencio y la falta de comunicación conspiran contra mí”, dijo Elida, quien ha intentado por Facebook contactarse con ella, pero no lo ha logrado, ya que al parecer la bloquearon.

Con el fin de contarle a su nieta la historia de su vida y cuánto la ama, a pesar de la distancia, Elida decidió escribir un libro llamado “Cartas a mi nieta”, donde además revela todos los esfuerzos que hizo para poder reencontrarse con ella. Su único propósito es que algún día lo lea y sepa toda la verdad.

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