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¿Qué se sabe de la cloroquina y la hidroxicloroquina para combatir el coronavirus?

  • Por Meganoticias / AFP

¿Qué pasó?

La cloroquina y la hidroxicloroquina han estado en la palestra durante las últimas horas e, incluso, han sido presentadas por algunos como "tratamientos milagrosos" en la lucha contra el coronavirus.

Todavía hay dudas sobre su uso en las personas. Sin embargo, algunos expertos indican que aumentaría los riesgos de una muerte prematura.

El uso de la cloroquina

"Es un medicamento que se usa habitualmente contra la malaria, cuando alguien viaja a algún país que tenga prevalencia de esa enfermedad. A esas personas se les pide que la tomen de manera preventiva", dijo esta jornada el Ministro Jaime Mañalich.

Ante esto, señaló que "eso hoy día, en base a la mejor evidencia científica, está descartado".

Además, sostuvo que "la hidroxicloroquina es un medicamento tóxico para el corazón. Si uno se lo da en dosis altas a una persona adulto mayor, que tiene algún problema coronario, tiene un riesgo muy importante, incluso de morir".

"La recomendación de la FDA y la OMS es no usar este medicamento para el tratamiento de pacientes con coronavirus", expuso.

Cloroquina y hidroxicloroquin

La agencia internacional AFP entregó un reporte sobre ellas. La cloroquina se prescribe desde hace varias décadas contra el paludismo, un parásito transmitido por el mosquito.

Su derivado, mejor tolerado, la hidroxicloroquina (HCQ), se prescribe contra el lupus o la artritis reumatoide. 

Estas moléculas, conocidas y poco costosas, han suscitado muchas esperanzas, sobre todo en África. Pero están lejos de ser las únicas en ser probadas. Más de 800 ensayos clínicos buscan evaluar decenas de tratamientos potenciales, según la revista médica The Lancet.

La hidroxicloroquina conoce, desde finales de febrero, una notoriedad inédita desde que el profesor Didier Raoult, del Instituto y Hospital Universitario de enfermedades infecciosas de Marsella, difundió un pequeño estudio chino, poco detallado, que afirmaba que el fosfato de cloroquina mostraba signos de eficacia en pacientes con SARS-Cov2.

La efervescencia en torno a la hidroxicloroquina se intensificó cuando Donald Trump comenzó a tomarla diariamente, a título preventivo.

En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro está convencido de sus efectos, hasta el punto de que el ministerio de Salud recomendó el miércoles su uso para todos los pacientes levemente afectados.

Más allá del terreno político, la hidroxicloroquina se  convirtió en un tema de debate público y político muy mediatizado, suscitando acalorados intercambios en los medios de comunicación y feroces embotellamientos en las redes sociales.

 

La hipótesis de una acción de estas moléculas contra el nuevo coronavirus proviene del hecho que sus propiedades antivirales demostraron -in vitro o en animales, y sobre diferentes virus- resultados, a veces, positivos.

Los estudios también demostraron efectos in vitro en el caso de SARS-Cov2 pero, con frecuencia, los resultados científicos in vitro no se encuentran in vivo en los seres humanos.

En cuanto a la eficacia humana frente al SARS-Cov2, no existe un consenso científico por falta de retroceso suficiente y de estudios realizados según las reglas habituales: aleatorización (pacientes elegidos por sorteo), grupo de control (algunos pacientes reciben tratamiento, otros no), doble ciego (pacientes y médicos no saben quién tomó el tratamiento y quién recibió el placebo).

Además, la mayoría de estos estudios se realizan en un número limitado de pacientes. Por último, un estudio debe publicarse en una revista científica después de una relectura crítica y la consiguiente validación realizada por otros científicos, independientes de los que realizaron las pruebas.

 

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