Caso Watergate: A 45 años de la única renuncia de un Presidente de EE.UU
"Por lo tanto, voy a renunciar a la presidencia efectiva de mañana al mediodía. El Vicepresidente Ford será juramentado como presidente a esa hora en esta oficina".
Así, el 8 de agosto de 1974, el hasta entonces Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, presentaba la primera y única renuncia al cargo en toda la historia de ese país. Esto, tras el destape de uno de los mayores escándalos políticos registrados hasta entonces y, de paso, uno de los más grandes golpes periodísticos de las últimas décadas: El llamado Caso Watergate.

Dos años antes, la madrugada del el 17 de junio de 1972, en la recta final del primer mandato del Republicano Nixon, cinco hombres fueron arrestados por vulnerar la seguridad del edificio Watergate (foto superior), donde se ubicaban las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata. Los detenidos portaban diversos aparatos de espionaje para robar información.
Comité para la Reelección
Luego de su captura, la policía estadounidense comprobó que uno de los implicados era el exagente de la CIA James McCord Jr. (foto inferior), que en ese momento era el jefe de seguridad del Cómite para la Reelección Nixon, por lo que el hecho salpicaba de alguna forma al entonces mandatario y su incipiente campaña presidencial.

Siguiendo la clásica estrategia investigativa de "seguir el dinero", se descubrió que los cinco detenidos habían sido contratados secretamente por Howard Hunt y Gordon Liddy, quienes también formaban parte del Cómite de Reelección del Presidente.
Reelecto
En septiembre del 72' los siete sujetos se declararon culpables de robo, conspiración e intervención de las comunicaciones. Pese a lo cercano de los involucrados, Richard Nixon logró tomar la distancia necesaria para resultar reelecto en noviembre del mismo año con un 60,67% de los votos.

Garganta Profunda
Pese a que los hechos fueron ampliamente cubiertos por los principales medios estadounidenses, fueron los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward (foto inferior), quienes publicaron los artículos que más estrecharon el camino de Nixon. Esto, gracias a "Deep Throat" (Garganta Profunda), como llamaron a su fuente anónima. Se trataba de Mark Felt, entonces oficial del FBI.

El panorama terminó de oscurecerse para el Presidente cuando uno de los condenados admitió que funcionarios de la Casa Blanca los habían forzado a declararse culpables y no decir que las órdenes venían desde la propia Oficina Oval. Ahora Nixon y sus cercanos eran sospechosos de obstrucción a la justicia, utilizando para esto a agentes de la CIA.
Cintas
Con estos antecedentes, el Senado estadounidense inició un comité de investigación del caso y entrevistó a múltiples funcionarios de Gobierno. Fue en esa labor que descubrieron que el Presidente mantenía grabaciones de las conversaciones que se desarrollaron en su oficina.

Ante las solicitudes del Archibald Cox, fiscal encargado, y el comité investigador del Senado de que mostrara dichas grabaciones, Nixon siempre se negó. Hasta que el 24 de julio de 1974 fue la Corte Suprema de Estados Unidos la que lo obligó a entregarlas íntegras.
El fin
Como era de esperarse, el contenido de las cintas conectó indudablemente a Nixon con el robo de información de Watergate, algo que había negado sistemáticamente. Con ello, perdía cualquier apoyo que remotamente pudo haber mantenido en el Congreso, por lo que su destitución era un hecho.

Tras esto vino su discurso del 8 de agosto, cuando anunció su dimisión del cargo, aunque sin asumir ningún tipo de culpa en el caso. El 9 de agosto, cuando Gerald Ford juró como nuevo Presidente, Nixon abandonó la Casa Blanca a bordo de un helicóptero.
Libros
Tras su salida, intentó volver a la abogacía, pero había sido expulsado del Colegio de Abogados. Finalmente, encontró éxito a través de sus libros "Mis memorias", en 1978, y "No más Vietnam", de 1986. En 1994, Nixon falleció producto de un derrame cerebral.
El Caso Watergate fue tan grande y relevante que su terminación es utilizada comúnmente para denominar cualquier gran escándalo o fraude. En Chile, por ejemplo, el Milicogate, o Pacogate.

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