Los dos inconvenientes que sufrió el deseo de Boca Juniors de ganar la Copa Libertadores "por secretaría"

Boca Juniors se vio perjudicada en la postura de la Conmebol con respecto a la decisión de reprogramar la gran final de la Copa Libertadores.

Esto porque la dirigencia xeneize, representada por su timonel Daniel Angelici, llegó a la reunión clave del organismo con dos posturas: pedir que descalificaran a River Plate del certamen y, en consecuencia, proclamaran a su club como campeón.

Sin embargo, su iniciativa sufrió dos reveses. El primero corrió por cuenta del timonel de la entidad, Alejandro Domínguez, al afirmar públicamente que la final se jugará el 8 o 9 de diciembre en el exterior (siempre sujeto a la decisión de la Unidad Disciplinaria).

Y la segunda, fue que uno de los cuatro integrantes de la Unidad Disciplinaria en condiciones de votar quedó afuera.

Se trata del brasileño Antonio Meccia, que según indicó diario Clarín, tenía intenciones de votar a favor de Boca.

Ahora la decisión de definir la fecha de la gran final estará a cargo del presidente del Tribunal, el paraguayo Eduardo Gross Brown, y del chileno Cristóbal Valdés y la venezolana Amarilis Belisario, los otros dos integrantes de órgano.