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El meteorito de Tunguska: El día que la Tierra fue azotada por una fuerza de 185 bombas atómicas

Eran cerca de las 7 de la mañana, cerca del río Tunguska, en el bosque de Siberia, cuando el cielo se partió en dos y las llamas lo inundaron. Luego, se escuchó una ensordecedora explosión y miles de kilómetros de bosque de pino fueron casi instantáneamente quemados. 

A solo 60 kilómetros del lugar del impacto, un hombre disfrutaba de su desayuno cuando vio el cielo arder. En solo segundos, sintió un calor infernal, tan insoportable que sentía como si su camisa estuviera prendida en llamas. La explosión lo asustó y lo lanzó unos metros por el cielo, dejándolo inconsciente a un costado de su casa.

El evento

El 30 de junio de 1908, entró en la atmósfera terrestre un meteorito de casi 37 metros de ancho, que liberó una onda de energía equivalente a la de 185 bombas atómicas. El bólido arrasó con una superficie superior a los 2.100 kilómetros cuadrados de bosque y más de 80 mil árboles fueron sepultados. El impacto fue tan grande que fue registrado por barómetros de toda Europa, incluso de lugares tan lejanos como Inglaterra.

Durante años, nadie supo qué había ocurrido. El bosque de Tunguska es un sitio inhóspito y poco habitado. La leyenda de los escasos lugareños decía que había sido un castigo del Dios Odgy que los había dejado sin árboles ni animales.

No fue hasta 19 años después que hubo una expedición al paraje para descifrar qué había ocurrido. Un grupo de personas, lideradas por Leonid Kulik, el conservador principal de la colección de meteoritos del Museo de San Petersburgo se enfrentaron al bosque siberiano para recabar información y obtener testimonios.

Kulik se encontró con los restos de los árboles caídos, los que sirvieron a los exploradores como patrón para identificar dónde había caído el meteorito.

Mientras más se acercaban al punto cero, las cosas se ponían más extrañas. Ya no había árboles caídos, sino que estaban de pie, pero sus ramas y cortezas estaban removidos. En las palabras de  Don Yeomans, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, "parecía un bosque de postes de teléfono". 37 años después, nos volveríamos a encontrar con el mismo evento, cerca de la zona cero de la Bomba de Hiroshima.

Las teorías

En el lugar no quedó ni un rastro de un cráter. Según la teoría más aceptada, este es el primer registro de la entrada de un meteoroide a la atmósfera a la Tierra, pero este jamás hizo contacto con ella. Más bien, explotó a 8 kilómetros de altura, lo que calentó el aire a su alrededor a más de 24 mil grados celsius. 

Otros estudios dicen que el evento de Tunguska habría ocurrido por un meteorito compuesto por hierro de 200 metros de ancho, que habría rozado la Tierra antes de continuar su órbita, lo que generó una onda de choque lo suficientemente grande para provocar tal destrucción.

Hasta el día de hoy, fanáticos y científicos teorizan sobre uno de los eventos más destructivos registrados, y que si hubiese ocurrido en una zona más poblada, habría generado una catástrofe con consecuencias inimaginables. 

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