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¿Estás acostumbrado a comer rápido? Alerta porque está ligado a la obesidad

  • Por Meganoticias

Tal vez desde tu infancia te acostumbraste a devorar todos los alimentos que encontrabas en tu plato. ¿Es así, pero no lo habías advertido? Entonces es el momento de poner un alto a esa forma de digerir la comida.

Para los especialistas o expertos, esta situación de comer rápido más allá de ser un mal hábito que creamos desde muy pequeños y continuamos en nuestra vida adulta, puede acarrear complicaciones para nuestra salud a corto y mediano plazo.

Sin embargo, en muchas ocasiones desestimamos la acción del simple “masticar o tragar” rápido. La vida diaria con sus múltiples ocupaciones nos lleva a esta situación sin detenernos a pensar que estamos dañando nuestra salud.

Comer rápido está asociado a la obesidad

El comentario obligado al ver una persona comer rápido siempre ha sido: “mastica lento o vas engordar”. Aunque son frases habituales en nuestras conversaciones cotidianas, ya existe un estudio que confirma que la obesidad está ligado al hábito de comer rápido.

La dietista registrada de St. Louis y expresidenta de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics) de Estados Unidos, Connie Diekman, es clara al explicar que es mejor comer lento, pues las personas que consumen sus alimentos de forma rápida son más propensas a sufrir de obesidad.

Lo que fue ratificado por un estudio elaborado por científicos de la Universidad de Roehampton y de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, pero lo más importante de su estudio es que que agrega un nuevo factor para identificar el origen de esta mala práctica: si la persona crece con hermanos y debió enfrentarse a competencias por las cantidades que le servían en el plato, hay mayor probabilidad de que coma rápido, se puede leer en el portal del diario La Prensa.

Todo viene ligado a la psiquis, pues la acción de comer rápido está sujeto a que un individuo coma más, porque el cuerpo y su organismo tarda mayor tiempo en reconocer que comienza a estar satisfecho.

La saciedad se expresa en varios estados: “debo comer, comí lo suficiente y debo parar” y si no permitimos que estos pasos se den en el momento de la alimentación, la doctora Diekman afirma que tenderemos a comer más, por lo que hablamos de la obesidad como algo ligado directamente a este comportamiento.

El portal Health Day detalla que la investigación se realizó reuniendo un total de 100 niños, entre edades de 5 a 11 años, y se comparó el ritmo en que comían con su índice corporal, el número de hermanos y el lugar que ocupaban de nacimiento dentro de su familia. Un segundo grupo estudió a 800 adultos y niños, y se recolectó información con datos muy parecidos.

Atento a las consecuencias

Además de estos hallazgos, ya existe información de las consecuencias que genera el comer rápido: indigestión, asociada al ardor estomacal y la pesadez una vez que comemos, señala el sitio Vix.

El aumento de peso es otro factor de riesgo, pues existe una relación directa en el proceso alimenticio entre el cerebro y el estómago. La señal que envía el primero para parar la ingesta de alimentos se demora 20 minutos, y si comes muy rápido, al término habrás consumido muchas calorías.

El síndrome metabólico es una consecuencia a largo plazo que pudiera desencadenar el hábito de comer rápido. De acuerdo a la Clínica Mayo -ubicada en Minnesota- la alerta y presencia de este trastorno lo veremos comúnmente en personas con circunferencias de cinturas de gran tamaño y elevados niveles de azúcar en la sangre.

Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.

Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.