Cómo elegir y consumir el pan para no tener ningún riesgo de contagio

Los protocolos de higiene de alimentos están más estrictos que nunca tras la declaración de pandemia para el coronavirus Covid 19. La limpieza, desinfección y buen manejo de los comestibles son clave para acortar los riesgos.

Los alimentos en sí no son un vehículo de contagio, pero los envases o bolsas pueden estar expuestos al virus, es por ello que la recomendación general es lavar todos los productos envasados con cuidado y, de ser posible, eliminar aquellos empaques que puedan ser prescindibles.

Muchos se han preguntados qué pasa con los alimentos como el pan, pues es un producto con mucho contacto y una vez listo, se presenta fresco en exhibidoras.

Precisamente por su preparación, este alimento exige muchas normas de higiene y seguridad, por lo que los profesionales a cargo cumplen con todas las normas pre y post coronavirus.

La Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos ratifica que el coronavirus no viaja en la comida. “Los científicos y las autoridades de todo el mundo están monitorizando la propagación del virus y no ha habido informes de transmisión a través de alimentos”.

Los panes deben presentarse en bolsas cerradas para que cualquier agente externo no lo toque. De este modo se cuida que cuando sale del horno pasará a un ambiente seguro para llegar a sus manos.

Una vez en casa, se puede desechar la bolsa. Poner el pan en la tostadora o calentarlo a poco más de 50 grados en el horno por 40 segundos es más que suficiente para degradar cualquier virus.

Si viene bien empacado como todos los productos de calidad, y lo comemos con las manos bien limpias, no hay por qué preocuparse. Lo mismo ocurre con galletas artesanales o las tortas.

Reducir un potencial contagio pasa por el lavado frecuente de manos, siempre con jabón al menos durante 40 segundos y usar mascarilla.