Análisis Internacional: El incierto futuro de Siria

  • Por Ahoranoticias.cl

Este ataque es una dura reacción contra Bachard Al Assad quién se pasó de listo creyendo que tiene el poder absoluto en sus manos, pues convocó a elecciones parlamentarias -para el próximo mes de mayo- como una manera de burlar lo que la mayoría del pueblo sirio quiere: que se vaya. El gobernante, entusiasmado por el abierto apoyo que recibe de China y Rusia  y la paralización de las potencias occidentales y democráticas, quiere hacerle una finta a la realidad. Mientras, sus tropas y los "eficientes" servicios de seguridad machacan con brutalidad a la resistencia.

 

Bachard gana tiempo, el mundo deja que lo haga, no le amarran las manos y, como si fuera poco, mandan emisarios sin "dientes", como quedó en evidencia ante el fracaso diplomático de Kofi Annan. El ex secrtetario general de la Onu y Premio Nobel de la Paz fue a Damasco para abrir las puertas de una negociación, sin un contundente mensaje, ni una señal clara, como cuando la OTAN actuó eficazmente en la "guerra rápida" contra Gadafi en Libia.
Siria es una pieza muy compleja en el tablero geopolítico y la caída del tirano dejaría un cuadro de inestabilidad. Si ése es el fundamento, se llega a la conclusión que los seguidores de la familia Al Asad tienen manos libres para erradicar a quienes llama "terroristas".

 

Ese fue el calificativo empleado para despachar a Annan, de una corta reunión, donde le notificaron que no se sentarían a negociar, y menos decretar un alto al fuego. Obama está metido en los entuertos de la campaña presidencial y Sarkozy, no tiene la presión de las empresas francesas,  que finalmente terminó en la poderosa herramienta que sacó a Gadafi de Trípoli, y así se quedaron con los millonarios contratos de explotación de petróleo, gas y derivados.  Siria se ha convertido en un lugar que no ofrece un botín de gran naturaleza. Por ello, el entusiasmo de frenar la máquina sanguinaria del gobierno sirio no emerge por ningún lado.

 

Así las cosas, Bachard Al Assad y su familia seguirán llenando de sangre su nación, hasta que llegue inevitablemente su desenlace, con lo cual la tragedia puede ser tan larga como brutal, y sin que se conmueva el mundo. Es una tragedia sin deudos.